lunes, 7 de septiembre de 2009

Ecuador y Chile Firman Acuerdo Militar: El Dilema de Seguridad y el quid pro quo

El diario la Jornada reportó que los gobiernos de Ecuador y Chile firmaron un convenio militar para hacer públicas sus compras de armamentos. El canciller Chileno, Mariano Fernández, aseguro que éste era un ejercicio de transparencia. Fernández, sugirió que la transparencia en compra de armamentos por ambos países era un ejercicio de rendición de cuentas. Sin embargo, el Canciller ecuatoriano, Fander Falconi, pareció dar un esbozo mucho más claro de las intenciones del tratado. Según Falconi, se trata de dejar claro que los gobiernos hacen compras de armamento con fines defensivos—¡ese término debe ir subrayado!

A pesar de lo tenue de la nota periodística debemos estar al mismo tiempo pendientes y tranquilos sobre las compras de armamento en la región latinoamericana. Si bien, en los últimos años se ha hablado de la existencia de una 'carrera armamentista' en la región debido al incremento de varios países en sus presupuestos militares y la consecuente compra de armas, debe también quedar claro que todos los gobiernos compran armas—que el problema no son las armas sino las percepciones que éstas generan. En relaciones internacionales, la condición sine qua non de una carrera armamentista se denomina un dilema de seguridad.

El dilema de seguridad está dado por la condición de anarquía internacional y la búsqueda de seguridad. En pos de la seguridad nacional, los estados buscan proveerse de los mecanismos adecuados para proteger su integridad territorial y asegurar la supervivencia. Uno de estos mecanismos es tener un ejército capaz de defender el territorio y para tener esto las armas son necesarias. El 'dilema' surge cuando un estado B en búsqueda de su propia seguridad decide comprar armas, y esta decisión causa que un estado C, usualmente un vecino, perciba esta compra como una amenaza. Si el país B compra armas, C pensará que puede usarlas con fines agresivos más que defensivos. Este razonamiento puede llevara a una espiral donde B y C responden con más compras de armas cada que uno o el otro percibe que su vecino, posible enemigo, acumula más recursos para hacer la guerra. Robert Jervis, ha sugerido que el dilema de seguridad resulta de la percepción, errónea o acertada, de las armas; que son una herramienta de seguridad en un Estado y pueden ser percibidas como elementos que minan o amenazan la seguridad del otro.

Sugestivo en la nota es que parece ser que el tratado se firmo en el contexto de otras negociaciones. Especialmente la decisión de Chile por cooperar en materia de exploración y explotación de recursos naturales con el gobierno ecuatoriano (cobre y petróleo). Es singular porque revela un mecanismo que se conoce en ciencia política y negociación como quid pro quo o en su versión popular en inglés: tit-for-tat politics. Se trata pues de un proceso de negociación sencillo donde uno de los jugadores es capaz de obtener beneficios de una negociación a través de condicionar la cooperación en un área determinada (cooperación para la explotación de recursos naturales) con un área que usualmente no estaría directamente vinculada (cooperación militar). Al parecer Chile fue capaz de vincular el interés ecuatoriano por seguir cooperando en materia económica y el interés Chileno por prevenir una carrera armamentista entre las dos naciones, tratando de atacar el problema generado por un dilema de seguridad entre los dos países. Así que está bien estar pendiente, pero no hay que perder la tranquilidad, los gobiernos están tomado medidas para prevenir una posible escalada no defensiva en las compras de armas en la región.

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