miércoles, 26 de agosto de 2009

Discursos de Seguridad Nacional: Ecuador y el Golpe que vendrá.


 

El gobierno de Ecuador ha hecho del conocimiento público que algunos militares en retiro podrían representar una amenaza para el gobierno de Rafeal Correa. La preocupación central reside en la posibilidad de que—como en Honduras en junio—los militares puedan conspirar y orquestar un golpe de estado. A primera vista, podría parecer uno más de esos asuntos políticos donde los gobernantes inventas grandes pantallas de humo para esconder sus propósitos reales. Obrador y su Salinas, Calderón y su Narco—son ejemplos de estas construcciones discursivas que parecen evadir la lógica, la evidencia y la prudencia en las declaraciones de los políticos. Sin embargo, la mayoría de las veces sucede qué, como con los molinos/gigantes de Don Quijote, las pantallas de humo discursivas, más que velar los intereses de los líderes o intenciones reales, reflejan preocupaciones que son percibidas de manera muy 'realista' por sus allegados, seguidores y asesores.


 

Así como Don Quijote dice a su escudero: la ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o poco más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla, y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer: que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra. ¿Qué gigantes? dijo Sancho Panza.

El político dice también a sus seguidores, en este caso Correa en Ecuador: aquellos militares se han juntado, alrededor de 70 de ellos han conspirado y puesto en peligro la estabilidad de este gobierno. Sin embargo, la suerte nos favorece y hemos de defender la revolución. Esta lucha hemos de ganarla, la suerte está echada y no hay marcha atrás: hay que formar comités de la defensa de la revolución.


 

Alrededor de Correa comenzaran a sonar voces que algunas veces como escuderos/sanchos o víctimas/frailes, dirán: no somos lo que usted dice que somos señor correa, nos juntamos los viejos compañeros de armas y nada más. Y, si hablamos mal del gobierno lo hicimos como cualquier otro ciudadano que puede despotricar sobre lo que pasa en esta democracia. Los escuderos pueden apuntar siempre al hecho de que lo que se ha definido como un peligro no lo es en realidad. Sin embargo, el rol asignado a los escuderos es el de apoyo y protección. Cualquier escudero que quiera actuar de manera distinta verá que los beneficios, materiales y simbólicos se verán disminuidos. Sancho Panza no desviste y despoja al monje porque es Sancho Panza sino porque es el escudero de Don Quijote "Sancho Panza que vio en el suelo al fraile, apeándose ligeramente de su asno, arremetió a él y le comenzó a quitar los hábitos. Llegaron en esto dos mozos de los frailes, y preguntáronle que por qué le desnudaba. Respondióles Sancho que aquello le tocaba a él legítimamente, como despojos de la batalla que su señor Don Quijote había ganado."


 

Así de poderosos son los discursos, definen situaciones, actividades, roles y crean dicotomías. No se trata aquí de averiguar si los discursos son verdad o mentira, la seguridad nacional se representa como discurso y tiene efectos claros. Calderón, saca al ejército a las calles, Andrés Manuel ve a Salinas en cada aparador y esquina. Así también correa ve a sus frailes y gigantes en estos militares y se hace de escuderos; y estos, críticos o no—el pueblo—terminarán envueltos en alguna organización como los comités para la defensa de la revolución que no tendrían sentido sin aquellos frailes y gigantes. Correa si quiere organizar al pueblo pero si bien lo organiza contra molinos de viento, esto no quiere decir que estos molinos no puedan un día actuar como militares golpistas. El asunto en Honduras sólo sirve para ver militares dispuestos a tomar el poder, antes que mirar que parecieran más bien molinos.

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